Emocionante homenaje en Aysén a diez víctimas del sismo

Familiares y vecinos se reunieron en el memorial del cementerio de Puerto Aysén para una liturgia en recuerdo de las diez víctimas del sismo del 21 de abril de 2007, con la cordillera y el fiordo como silencioso telón de fondo.

Durante casi dos meses, un enjambre sísmico mantuvo en vilo a la comunidad de Puerto Aysén. Las sacudidas —algunas apenas perceptibles, otras de mayor magnitud— culminaron en el fuerte terremoto de casi un minuto que estremeció la zona el 21 de abril de 2007. El epicentro se ubicó en el fiordo Aysén y el balance final fue de diez personas fallecidas.

Tras la tragedia, familiares, organismos públicos y privados emprendieron extensas labores de búsqueda. Solo tres cuerpos fueron hallados en el sector de Playas Blancas; los otros siete permanecen desaparecidos en el litoral de Aysén. Por eso, quince años después, volver al lugar del suceso sigue siendo un gesto cargado de significado. El pasado domingo los deudos realizaron una nueva peregrinación al fiordo, y este lunes, aprovechando el buen tiempo en Puerto Aysén, se reunieron para una liturgia, acompañados por la Banda Benemérita de Carabineros.

“Nos animamos mutuamente en esta esperanza cristiana. Sabemos que nuestros seres queridos partieron dejando tristeza, pero también la certeza de un cielo y una tierra nuevos”, señaló el sacerdote José Barría, tío de una de las víctimas, quien presidió la ceremonia. “Eran personas bondadosas y trabajadoras. El recuerdo de Miguel Ángel, de Ricardo Figueroa y su hija, de Evaristo Contreras y su familia, sigue muy vivo entre nosotros”.

Barría destacó que la fe ha sido un sostén frente al dolor: “Hay lágrimas cuando uno los recuerda y hay momentos en casa donde hacen falta, pero esos recuerdos son tesoros que nos dan fuerza para seguir adelante”.

Los familiares agradecieron la presencia de la Banda Benemérita y, en especial, las gestiones del municipio que les facilitaron el viaje dominical al fiordo. Para ellos, mantener viva la memoria de quienes no regresaron es un acto imprescindible de amor y de esperanza.